sábado, 6 de julio de 2013

Empacando Fantasías - Capítulo 17

"¡Qué gran avance!"



No había parado de llorar, de estar alerta e incluso su maternal mente había ideado recurrir a aquellas extremas cosas que los adictos hacen, pero también recordó todas aquellas consecuencias y con determinación pudo decir: NO.

Los policías la habían alentado a que esto pasaba seguido, a que siempre volvían y que estuviese alerta a cualquier cosa que pasara a su alrededor, como siempre. Se la pasaba en casa, esperando cualquier llamada o incluso que su pequeño rubio apareciera por la puerta diciéndole «Mamá, te he jugado una broma y de las buenas, deberías de ver ahora mismo tu cara… ¡Es todo un poema! A que sí estuvo buena lo broma ¿Merezco un premio?» Y aunque sus deseos primeros como cualquier madre fuesen matarlo, quizá olvidaría aquella furia interna y sólo le protegiera y le llenaría de besos. Pero también estaba consciente de que el pequeño no era así y que corría peligro.

Tan sólo deseaba con todas sus fuerzas que estuviese bien… y vivo.

Había hecho declaraciones todo el tiempo muchas veces, diciendo a todo mundo que al último lugar donde había ido es a su trabajo, el pequeño super mercado. Y ahí habían ido primeramente los policías.

Claro que ya muchos sabían, al menos en aquella área del pequeño desaparecido, andando de boca en boca por varias calles vecinas. Aún así se sorprendieron un poco al ver varios policías e inspectores arribar en el “SuperMarkStar” con pose chulesca.

La mayoría movía ávidamente sus bigotes perfectamente cortados y barbas rasuradas en un vago intento por parecer interesantes y formales. El ceño fruncido y los pasos serios que les condujeron a preguntar a todo el que se le pusiese enfrente. Queriendo dar la impresión de ser unos excelentes investigadores que erróneamente darían su vida por encontrar al mocoso.

Claro.

—Disculpe, ¿Usted es Jones Carl? —preguntó por enésima vez el señor Annek, investigador policial.

—Sí señor, ese soy yo —Era un tanto extraño estar en un interrogatorio de ese tipo, tanto así que ya se encontraba sudando y nervioso, aunque honestamente el único ilícito que hubo cometido fue en el maternal al robar el juguete de algún compañero, no más. O quizá los diez pesos que se robó una vez de la caja para pagar un paquete de galletas en su tan ansiada hambre.

Temía que lo encarcelaran por eso.

—Bien, no te preocupes muchacho, no has hecho nada —informó viendo como el otro chico suspiraba en alivio, causándole una pequeña carcajada—. El motivo por el que te llamamos es porque de acuerdo a las investigaciones y preguntas hechas a otros compañeros que trabajan a la par contigo, se dice que eres amigo del pequeño desaparecido Tom Trümper. —Asintió con tristeza, hace poco se enteró de la desaparición… él apreciaba a ese chiquillo—. Tú fuiste, según, el último que habló con él, claro que pasarías por sospechoso a menos que supieses algo más.

Otra vez esos nervios.

—No mire, esa vez, o más bien la última vez que lo vi estaba por irse a su casa ya que pasaban como 5 minutos de las 8, hora en la que su jornada de trabajo termina.

El investigador asintió en acuerdo—. Sí, eso ya lo sabíamos… qué más.

—Bueno, justo al último cliente o comprador que le empacó sus compras le pidió que lo acompañase a su casa, alegando que no tenía coche y la verdad, sí eran muchas compras la que traía el pobre muchacho.

Ceños fruncidos por todas partes y un chico escribiendo como poseso en una libreta—. ¿Cómo era aquel comprador?

—Bueno era alto, delgado, vestía medio gótico, iba maquillado y con el cabello negro azabache y largo… como a media espalda.

—¿Dijo algo más?

—No, sólo se despidió y le acompañó. Lo único que escuché es que vivía a no más de 5 cuadras… hacia dónde no sé, sólo alcancé a oír aquello.

Eso era mucho para ellos, esperaban avanzar y quitarse aquel trabajo de encima. Habían avanzado, era una gran satisfacción.

—Bien, muchas gracias, has servido de vital ayuda.

—Era lo menos que podía hacer por el muchacho.

Y volviendo a sus labores, podrían comenzar al día siguiente investigando entre las casas.


Era cuestión de días para encontrarle. ¡Qué gran avance!


Y bueno, ya tienen un avance en la "cacería" del secuestrador. 
¡Gracias por leer! 

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