lunes, 29 de abril de 2013

Looking at the Sky - Capítulo 4

Último capítulo del día.
Buena noche! :)


Capítulo 4

Sorpresivamente y para contradecir a todas mis suposiciones, esa noche pude dormir cual bebé después de un fresco y aromático baño.

Desde anoche estaba pensando y pensando en lo que precisamente hoy haría. No era preocupación… tampoco miedo… ¡Era pavor! Pero algo hacía que todo esto fuera de lo más liviano para mí.

Al regresar de con Georg, pude ver a la chica esa estúpida salir del cuarto de Tom, quien con una sonrisa de satisfacción iba y una ira cubrió mis sistema, imaginándome todas las cosas que pudieron haber hecho y, aunque me duela aceptarlo. Una ira de envidia y celos podría describirlo mejor.

Con esa zorra se acompañaba un trenzado bastante satisfecho podría decirlo yo. Quién puso sus ojos en mí una vez que esta tipa se fue, frunciendo el seño al verme con Georg y, a altas horas de la noche, con estas apariencias y, en estas condiciones… con Georg. No pude soportarlo más claro, después de lo que había visto, era ilógico además, necesitaba “descansar” y no hubo oportunidad de alguna comunicación oral entre ese trío de personas. Incluyéndome claro. Decidí huir por mi propio bien.

Ahora me encuentro sentado en el centro de mi cama, frotándome los ojos con pereza, al estar mitad dormido mitad consciente. Es temprano para mí y una de las cosas que más disfruto y hago excelentemente es; dormir.

Creo que es una de las cosas que más me caracteriza y de las que, por desgracia, casi y prácticamente toda mi familia toma este defecto/virtud, como una broma de mal gusto para mí, pero, que al final termina sacándonos a todos una agradable y sincera sonrisa.

Y como siempre, tomando a mi gemelo en cuenta, es una de las cosas que, según él, más admira de mi… poder dormir todo lo que puedo, cuando y como quiero. Él sufre de insomnio, muy al contrario que yo. Tiene que tomar unas pastillas de dosis ligera para poder conciliar el sueño por las noches, a no ser claro, que esté muy cansado. Pero siempre tiene que cargar con esas benditas píldoras mágicas como según él les hace llamar. Creo que en ese aspecto siempre me ha envidiado. Si tengo 2 horas, y digo, dormiré. Lo hago. Rápido. Si él tiene 2 horas, prefiere practicar guitarra, hacer cualquier estupidez que se le venga en gana ya que, de sobra sabe, que siempre terminará de mal humor por su falta de sueño. Pobre, no me imagino yo sin poder dormir aunque, he de mencionar, que en estos últimos días lo he estado experimentando – tan solo un poco – pero lo he estado haciendo.

Y de nuevo no sé porque hago esto otra vez. Siempre suelo hacerlo y es cuando o pienso mucho o hablo demasiado. Cosa que, ambas, son típicas en mí.
Y que de que me refiero… a salirme del tema inicial. Podría estar hablando de una hermosa salida al parque con el amor de mi vida y terminar hablando del pañal de mi sobrino que no tengo. Es algo que también me caracteriza. Y que ahora me doy cuenta. Me ha dado facilidad para el verbo y el vocabulario. Soy digno de una buena conversación y eso siempre me lo han dicho.

Alguien puede llegar y decirme “Hey, Hola Bill! Mira te presento a Tito – callen, que no se me pudo ocurrir un mejor nombre, tomando en cuenta que aún tallo mis ojos para desperezarme – y responder con un Hola… terminar hablando de la novia del chico que es hermano de el novio de su hermana que tuvo el accidente de caer de culo de las escaleras porque no supo que habían limpiado su casa y claro, es un ejemplo, aunque puedo predecir y recordar que a alguien cercano a mi le pasó eso… y no, no soy yo ni Tom, me refiero a algún compañero del colegio, supongo que a alguien se le salió contármelo, o que por mala suerte llegó a mis castos oídos. Claro, muy castos.

Y de nuevo lo hago… ¿Ven de lo que les hablo? Pero es inevitable en mí.
No puedo estar callado ni en mis pensamientos. Justo lo que estoy diciendo lo estoy pensando. Es algo loco e ilógico. Pero es real.

Bien, a lo que íbamos en el principio…

Terminé de tallarme los ojos y me dirigí al sanitario. Para lavarme la cara, las manos, tomar una toalla y darme una larga y necesitada ducha…
Hace un calor de los mil cojones pero, creo que con agua realmente fría, se puede contrarrestar este calor inmenso.

Tengo toda la mañana. Una llamada me despertó, la cual odié desde el inicio pero, fue para avisarme que, tenía el día libre, debido al gran concierto de esta noche. Una noche que seguramente será inolvidable. Sea para bien o para mal.

Saben de lo que hablo.

Sin embargo no quiero, al menos no ahorita, pensar en las cosas inevitables.

Sentado en una gran tina, dándome un baño aromático con olores exóticos, prefiero pensar en algo que seguramente se quedará en mi imaginación. Pensando en algo que no pasará pero, que al fin, estoy pensando. Disfrutando de la semana, de la mañana. Del momento.

Cierro los ojos e imagino que, Tom toca mi puerta, lo puedo oír en mi mente y el rechinar de esta al ser abierta… seguida por la del baño para que el me vea en como estoy, desnudo a su merced.

Camina directo hacia mí y me besa en los labios. Mis dedos pasean por estos, simulando los roces de Tom con los míos y siendo tocado por mi misma mano, deseando que sea la de él. 

Paseándose jodidamente bien por todo mi cuerpo para, después, detenerse en una sola parte, sacando un jadeo de mis fruncidos labios.

El está arrodillado, bajándose la bragueta mientras con su mano rodea mi carne caliente, que se encuentra totalmente erguida.

Besa mi cuello, lamiéndolo y mordiéndolo en el proceso mientras su mano con fuerza sube y baja en mi longitud. Endureciéndolo muchísimo más.

Pasan minutos en los que lo pienso junto a mí. Autor de esos placenteros toques.
Desnudo, a mi merced y yo a la suya. Frotándonos, excitándonos, jadeando, gimiendo, sudados, besándonos… corriéndonos.

Aumento la velocidad… furiosa, rápida, desesperada… jadeo… jadeo su nombre sonoramente inaudible.

—Ahh… mmm—mi pecho sube y baja, como mi mano desesperada en mi miembro— sssss…. Haahhh Tom!! —más velocidad si se puede… joder que estoy cerca.
Cerca de otra pajeada pensando en ti, en que me tocas como únicamente sueño yo. En que me complaces como únicamente estoy yo dispuesto. En que eres solo mío así como yo también soy tuyo aunque tú no lo sepas. 

—Ahhh!!! —sí, otras dos más, otras dos más! —TOM!!!!! —grité tu nombre cuando el placer fue tanto que mis sentidos se detuvieron. Que mi voz se apagó y que mi mente quedó en blanco. Cuando mi mano se empapó de ese semen.

Segundos, minutos pasaron y yo seguía en la tina llena de agua tibia que pasaba por mi cuerpo. Hasta que fui consciente del momento de nuevo.

Al salir… como siempre me dispuse a arreglar. Tenía que estar a las 7 en el escenario donde se presentaría el concierto para ensayar por última vez y detallar la entrada y atuendos.

En el momento del ensayo estaba sumamente nervioso y por dos motivos que por supuesto ya sabrán: uno, el concierto y dos, mi hermano, pero, como siempre Georg me calmó mis ansias. Pude hablar con él “Libremente” por ratos.

—Entonces… ¿estás seguro? — me preguntó una vez que, por lo menos, nos alejamos unos 2 metros de los demás. Por desgracia, sospechosamente y ¿Cómo lo sé? Pues por las miradas que me gané de Tom, y un confundido Gustav. ¿No creerán que… ? ¡Bah por dios! —esta noche…

—sí, esta noche será, después del concierto, ni bien lleguemos a los camerinos. ¿Sabes? Me siento seguro en ese lugar.

—donde sea amigo, pero hazlo… tienes mi apoyo y lo sabes, estaré cerca por algún acontecimiento que suceda y no puedas manejarlo por ti mismo.

—entonces eres mi ángel guardián—solté una risita floja, pero verdad sobraba.

El ensayo pasó como rayo. Como siempre, como todo, como se supone lo acostumbramos.
Y el concierto. Pude liberarme…

Canté… canté con todas mis fuerzas, liberándome de esa presión que se empezaba a formar en mi corazón porque… al final de este concierto, se definiría mi destino, mi felicidad o mi agonía. Mi vida.

Apoyo tengo, no estoy solo físicamente y lo sé. Sin embargo, para mí hay un todo como todos. 

Y ese todo es Tom. Sin él, no sé que sería de mí y no soportaría que me despreciase.

Y en menos de lo que sentí un sutil parpadeo de mis ojos y un mísero latido de mi alocado corazón. Mi tiempo se acabó.

No lo tengo, el tiempo no es mío y, tomando en cuenta de que éste siempre ha estado en contra mía, era obvio que en esta ocasión se empecinase a hacer lo que le viniera en gana con mis emociones.

Estaba volviendo a camerinos. Para cambiarnos. Con Tom.

Estábamos callados, cansados, y solo recibí unas pequeñas palmadas en la espalda por parte de Georg antes de que éste desapareciese con Gustav en la puerta de al lado.

—¡A estado increíble! —decía un emocionado Tom delante de mí.

—sí, eso, increíble—la verdad es que estaba tan sumido en mis pensamientos que, no era consciente de lo que mi igual emitía de sus hermosos labios.

—Bill… ¿Estás bien? —un revoloteo en mi estómago me hizo saber que, únicamente hacía caso a lo que le convenía… se volvía a preocupar por mi… ¿Qué mejor? —te noto extraño desde anoche…

—si estoy bien… únicamente me preocupa algo… algo muy grave para mi, nada de importancia para ti… no se qué hacer… estoy asustado…—decidí echarle de una vez el sermón que vengo ensayando desde que mis ojos se pasearon por el exterior de mi persona

—pero, no sé por dónde empezar.

—supongo que desde el principio—dijo obvio y tratando de liberar la tensión, pero, no funcionó.

—agg… dios Tom… es enserio—contrarresté, no podía no ahora, no.

—tranquilo, todo saldrá bien… ¿Confías en mí? —de nuevo… ¿Qué clase de pregunta es esa?

—¿Todavía lo dudas?

—entonces platícame… ¿Qué es eso que te trae así? —ufff… tampoco tan rápido!

—te tengo confianza Tom, pero te conozco y sé que no lo tomarás bien… yo… tengo miedo a tu reacción… a que me desprecies

—¿Despreciarte? ¿A ti? —me miró incrédulo— ¿Es enserio?

—no es algo común y a la ligera… puede que lo hagas Tom…

—vamos Bill… escúchame… Así seas un asesino… Jamás… Jamás te despreciaría…

—¿Es una promesa?

—Lo prometo gatito…—amaba cuando me decía así.

—vale… tengo miedo pero… tengo que decírtelo Tommy

—vamos… te escucho—se recargó en el pequeño tocador que yacía atrás de él, mientras yo empezaba a hiperventilar. Era mi momento.

—bueno, es que, no sé cuando comenzó esto… no sé porque… es enfermo lo sé… pero, es inevitable… intenté detenerlo, intenté por todas las formas pero no pude…—me miraba con esos ojos tratando de descifrar mis palabras—Tom… sé que eres mi hermano… mi gemelo… el mejor de todos pero no puedo verte así—su cara pasó a tener expresión alguna—no puedo verte como mi hermano porque te veo como hombre…—mi miró y mi corazón se detuvo… es ahora o nunca—un hombre del que me enamoré perdidamente…

Su cara no mostraba emoción, resentimiento… ¡Nada! no sabía qué hacer, quería huir, quería no se qué… quería que dijera algo… ¡Algo! pero no decía nada…

—es broma…—habló después de varios minutos.

—no…

—lo es…—insistió, seguro, casi obligándome a decir que si.

—no Tom, no lo es, qué más quisiera que únicamente fuera eso... pero te amo…

—¿estás enfermo verdad? —no me lo esperaba, mis temores eran ciertos…

—puede… pero por ti, no sé qué hacer… ¡por dios! Dime algo…—mis ojos empezaban a nublarse…

—es que no te creo Bill, no puede ser cierto…

—permíteme demostrártelo…

—y ¿cómo? ¿Enviándome flores? ¿Cortejándome? —esas palabras me dolieron como una 
puta madre… pero debía intentarlo un última vez por hoy…

—no…—tomé fuerzas—así…—y lo besé…

Se quedó frío lo sé… pero era la única forma de demostrárselo... demostrarle mi amor incondicional y verdadero… que estaría dispuesto a todo por él…

Pero eso se quedó únicamente en mi mente… sí, se quedó en shock… pero al reaccionar… todas sus fuerzas se concentraron en un solo lugar… sus manos.

Las manos que inmediatamente se posaron frente a mi pecho y empujaron con una fuerza bestial que hicieron que callera de culo al suelo y golpearme con la pared detrás de mí. 

Dolió… dolió como mil cuchilladas pero, no tanto como mi corazón en ese momento. Moriría.
Me miró con desprecio… con repugnancia y lo sentía… lo pude ver… Después de todo los gemelos si tienen conexión… y el sentía eso por mí.

“Jamás te despreciaría”

Esas palabras retumbaron en mi cabeza… lo prometió… me lo prometió a mí… ¿sería capaz de no cumplirla? Espero que no…

Rápidamente corrió a la puerta… con miedo… con desprecio en su mirada… solo pude escuchar un murmullo hacia mi… un claro murmullo…

—Enfermo y despreciable—fue lo último que oí de ti

Entonces lo entendí… rompiste tu promesa…

Me desprecias.


Buenas noches, y perdón de nuevo.

Looking at the Sky - Capítulo 3

Decidí publicarme 3 capítulos de
esta fic. Éste es el segundo ;)


Capítulo 3


—no puedes continuar así, debes decírselo—me dijo Georg una vez que Tom cerró su habitación ¿Cómo mierda lo sabía?

—¿De qué hablas Geo?—intenté hacerme el desentendido.

—no te hagas Bill, ya sé desde hace un buen rato que amas a Tom, de una manera que digamos—le pensó—no es muy de hermanos.

Decir que me quedé frio es decir muy poco, y es que casi me da un shock epiléptico enfrente de él.

¿Acaso soy tan obvio?

—sigo diciendo Georg—intenté una vez más—no sé de qué mierda estás hablando…

—haber, si me crees idiota, lo estas demostrando muy bien, así que no te conviene mentirme y no ahorita, donde no hay nadie más en el pasillo más que nosotros, así que no tiene caso, aún así, yo ya sé muy bien, allá tu si te quieres seguir engañando…

—ok haber, revuelves todo, paso a paso y ya nos entendemos ¿Vale? —fue mi última alternativa. Jódeme.

—tu estas enamorado de Tom ¿cierto o falso?

—bueno…—no sabía ni que estupidez decir, puesto que pillado, ya estaba… resignación—vale como sea… si… cierto, pero, nadie puede saberlo Geo, no…—titubeé, estábamos a mitad del pasillo y mis nervios estaban al límite—no me siento muy cómodo hablando de esto a medio pasillo donde… las paredes escuchan.

—vale, creo que necesitas alguien con quién desahogarte, que te parece si te invito ammn, una cerveza en el parque…

—¿A esta hora?—debería estar loco, eran las 10:30

—¿Qué tiene? Es mucho mejor puesto que, estamos solos

—pero…—solo, en el parque, con una cerveza y Georg, en la noche… no lo sé.

—hay no seas gilipollas, ándale, que yo te protejo de que no te secuestren y prostituyan…—vale, que desgraciado mi amigo… siempre sacándome una sonrisa.

—¿sin algo que taparnos?—me rendí y me miró de arriba hacia abajo

—eh… sí, ¿Qué tiene? No es que esté nevando

—bueno, como sea, vámonos…

Pues, seré sincero, estaba muy nervioso. Se supone que nadie debería de saber mi gran ultra secreto. Sin embargo él lo sabe y, tengo miedo de que alguien más también lo sepa, y, de que por ese motivo, mi hermano se pueda enterar y tachar como un maldito enfermo por el resto de mis días. Primero muero.

Exactamente y, como había dicho Georg, nos paramos a tomar una cerveza a mitad del parque. Algo muy extraño, yo hubiera jurado que únicamente estaba utilizando un sarcasmo bastante limpio conmigo, sin embargo, hay cosas en la vida de las que simplemente, te sorprendes. He aquí un ejemplo.

—Y bien, ahora si estamos solos, tienes mi autoridad y mi palabra para que yo te pueda decir que, juro, nadie más que yo se va a enterar a menos, que sea por otros medios o por ti mismo claro está—me decía Georg con una palpable sinceridad en sus ojos y sus palabras, creo que, puedo confiar en él.

—de acuerdo, ahora lo sé, pero, en sí, ¿qué quieres que te platique, cuente, relate o confiese? —pregunté, decidido al fin.

—únicamente quiero que me digas que fue lo que te incitó a sentir esto, porque, déjame decirte que no es algo muy normal que digamos.

—vale, eso lo sé, ¿crees que si no lo fuera no estaría así?—creo que es obvio.

—como sea tío… ¿Desde cuándo? —así de directo el cabrón.

—pues, no lo sé, yo creo que desde siempre—fui sincero, al fin, ya nada perdía—ahora que lo pienso porque, déjame decirte que lo pienso y muchísimo, creo que siempre ha sido, desde pequeños… siempre busqué llamar la atención de mi hermano. Ya sea siendo más delicado, mas travieso, más aventado, más brabucón a veces… siempre buscando su atención—viré mi vista hacia la lata de cerveza que posaba sobre mis manos—recuerdo claramente, una vez, creo yo que teníamos 10 años y, me quedé dormido en el sofá… mi hermano estaba en la sala y yo no tenía idea de cuando fue cuando llegó Andreas… únicamente después bajé sigilosamente, nadie me vio… entonces escuché decir a mi hermano que lo que más le gustaba de las mujeres era que se maquillaran los ojos, dijo que las hacía ver mas sexy’s y bonitas. Entonces quise experimentar—una sonrisa amarga floreció de mis labios al recordar tal escena—Fue ahí cuando empecé a maquillarme, el negro me hacía ver especial, diferente. Y, cuando mi hermano me vio, me dijo que me veía muy bien, muy guapo, bonito y diferente. Como a él le gustaba. No me gustaba mucho maquillarme pero, si era por él, lo hacía. Hasta que me acostumbré y, pues ahora ya no soy yo sin maquillaje. Lamentablemente esto no duró mucho, puesto que “pasó” para él.

—entonces, esto ya tiene bastante ¿Cierto? —me preguntó ahora, ya más calmado y comprensible, creo que siempre lo agradeceré en el.

—desgraciadamente. Yo siempre fui de los que tenían problemas con los más brabucones del salón o del colegio entero. Pero lo que nadie sabía—y ahí va mi secreto chicos—es que, yo los provocaba. Siempre pasaban a mi lado y los empujaba, les decía de cosas y, aunque varias veces pude derrocarlos, siempre trataba de hacerme el débil, la victima por así decirlo y aunque suene feo… únicamente para que mi adorado hermano me defendiese y yo, tuviera la ilusión de que le importo.

— es enserio Bill? —me preguntaba asombrado. Claro, es lógico.

—Desgraciadamente, es absolutamente en serio—y ahora estaba avergonzado de todo lo que hice tiempo atrás, pero, es que todos hacen hasta lo imposible para que la persona que se ama le dedique, aunque sea, un segundo de atención—pero, creo que no logré nada.

—eso es verdad, digo, es algo estúpidamente loco, nunca creí que tu… Bill Kaulitz, fuera capaz de hacer eso todo para que su hermano le ayudara—quedó pensando en las palabras

—eso es masoquismo

—supongo que sí, pero en su momento lo creí meramente necesario

—¿Jamás creíste o quisiste que esto terminara? —que pregunta tan más estúpida.

—Geo… ¿Es enserio?

—Bueno, no está demás preguntar—se burló—además, eres Bill—dijo como si fuera obvio—todo puede ser capaz de ti, por lo que me acabo de dar cuenta… entonces…

—pues claro que sí, lloraba y me castigaba a mí mismo, a mi mente misma por querer lo que, es obviamente imposible y, enfermo… pero no lo pude evitar, a veces trataba de evitarlo, hablarle creyendo que, con eso, iba a “desenamorarme” pero, lo necesité como agua en un desierto y es literal—rectifiqué— intenté de todo, convencerme e incluso en la mente pero, no pude y solo dejé que este sentimiento creciera ya que, por obvias razones, no podría ya hacer nada, estaba jodido… y lo sigo estando—di un sorbo a la cerveza que, hace un poco de tiempo no ha sido llevada a mis secos labios.

—Bill, creo que te estás castigando al mantenerlo en secreto por…

—¡¿qué?! —lo interrumpí con un grito-pregunta—¡¿Acaso pretendes que lo grite a los 4 vientos?!

—no, es obvio que no Bill, pero, mientras no le digas nada, el hará lo que hace sin saberlo, te lastimará sin saberlo y hará su vida, matándote… sin saberlo—razonó, al igual que yo en esos instantes, estaba más calmado.

—pues, es que, viejo… no sé qué decirte, no me creo capaz de hacer ni decir ni nada que se le parezca respecto a este tema, simplemente no me lo imagino—dije más verdaderamente esos pensamientos que, justamente en ese momento, pasaban por mi cabeza una y otra vez

—y nunca lo harás—afirmó— porque no sabes la reacción que tendrá, pero, no ganas nada imaginándote algo que jamás sabrás… es mejor saberlo de una vez, que dejarte matando poco a poco… porque eso es lo que harás si sigues quedándote aquel hermoso secreto que te consume el alma lentamente, porque como actúas, día a día, sé que lo está haciendo, se que te lastima sin querer pero lo hace, y es mejor que saques todo aquello, que todo lo que pase lo dejes al destino que, nunca adivinarás pero que siempre trae lo mejor para ti, sea bueno o sea malo…

—¿Y si me rechaza? ¿Si me dice enfermo? ¿Si me humilla? ¿Si me desprecia? —me fui atemorizando más y más con cada pregunta que salía de mi boca y, terminé por desesperarme con la última que se me pasó por el subconciente—¿Si me habandona?

—¿Y si siente lo mismo y solo se oculta tras unas buenas piernas y curvas? —valla, este sí que vuela lejos la imaginación—si dice que siente lo mismo y se ánima a…

—¡GEORG! —le interrumpí de nuevo, esto ya es demasiado—basta, está bien que también cabe la posibilidad que no… pero, tampoco te vayas a extremos, es obvio que no es así… en todo caso, el lado positivo quedaría ¿Qué tal si me comprende? Pero, lo veo difícil, digo, no todos los días te enteras de que tu hermano gemelo sueña con follarte y amarte todas las noches de su vida porque esta perdidamente enamorado de ti.

—no seas tan explícito tío—me sonrió—pero, pues, tienes razón, sin embargo tú te hiciste la pregunta correcta contraria a todos tus miedos, es fácil imaginártelo y, sabes bien que cabe dentro de las posibilidades y, sobre lo otro, eso es cosa de que lo imagine él, dudo mucho que si te está costando trabajo revelarle todo esto, termines por decirle lo último

—vale tienes razón pero, aún así, tengo un miedo tremendo ante cualquier situación que se presente, y es que no conoces tanto a Tom como yo—con la mirada me dio la razón, así que continué—y somos tan unidos que, me muero si me aleja de él… no sé si me entiendas…

—eso trato, eso trato pero, aún así estoy en mi misma posición de antes y de ahora, pienso que deverias de decirlo, nunca sabes como reaccionará si no lo intentas, creo que es la mejor desición, que puedes tomar, sin no lo intentas, nunca acabará… sé lo que te digo, en el amor se arriesga…

—pero…—intenté refutarle pero, volvió a hablar.

—pero nada Bill, si en esta vida te llenas de “peros”, nunca podrás encontrar las verdaderas razones de la felicidad y de la tristeza, si no arriesgas no ganas, y, aunque puedes perder, sabrás que lo intentaste lo mejor que pudiste—quedé callado, tenía razón— y en este caso, si no le dices, si no lo intentas, jamás sabrás si en verdad siente algo por ti, si te comprende y si es ese caso, pues serás feliz y si no, si te desprecia y, si todos tus miedos se vuelven realidad, entonces sabrás que lo intentaste, que lo diste todo y, que a pesar de todo ese sufrimiento, estás tranquilo porque no tuviste que ocultarle nada, sabe todo, y que aunque siempre lo amarás, esta duda que te consume día a día, ya no será la causante de tu agonía y de tu muerte diaria. Ánimo pequeño, yo te apoyo, yo sé lo que es el amor y sé que es el sentimiento y a la vez el sufrimiento más hermoso de todos. —valla, este tío será poeta, pero que palabras da ¡JODER!

—no sé quien coño eres Georg, este que está enfrente no lo conozco pero, muchas gracias amigo, tu si eres uno verdadero y me alegro estar contigo y haberte conocido, creo o no no, no creo, sé que tienes razón y lo haré… espero contar con tu apoyo…

—valla, que palabras tan hermosas, yo también te quiero mucho Bill y te considero mi mejor amigo, aparte del rastafari de Tom—se burló a lo que yo también—y qué bueno que lo tomes de esa parte, y yo siempre te apoyaré gatito…

—hey, que no soy un gato—reímos al unisono—pero muchas gracias lo haré
El resto de la noche disfrutamos de la hermosa velada que se presentaba esa noche, y es que esa misma noche veía todo con mejor claridad. No cabe duda que hablar con alguien que sabe, que te comprende y que sabe aconsejar y, que en mi caso es Georg, te sirve de la puta madre, y, es que era lo que hasta el momento necesitaba. Un consejo.

Nunca vi las cosas de este modo, siempre de mis miedos y la razón, no está de más soñar pero, Geo tiene razón. Y es que esta duda, me está matando poco a poco. No puedo estar tranquilo y ahora sé que, pase lo que pase, me acepte o me desprecie, al menos ya sabré lo que siente por mí, su reacción al estar conmigo y al saber mi más puro secreto. El único.

Ahora, es el único momento en que siento una paz enorme, y, aunque me embarga esa ansiedad, esa duda y esa preocupación, siento y vivo ahora una respuesta que estaba buscando desde hace años y, que inesperadamente una noche cualquiera ha llegado a mí, de la persona que menos esperaba.

Tengo y sé lo que debo hacer, y aunque mi corazón se contraiga del pavor por saber su reacción, está tranquilo ante la situación. Solo espero que esto dure un poco más.
Mañana, mañana será. Después del concierto. Después de la calma, viene la tempestad. ¿No es así?

—Mañana Georg—respondí casi para mí mismo, pero me escuchó—mañana sabré mi destino…           



Lo mismo, pido disculpas.
:C 

Looking at the Sky - Capítulo 2

ACTUALIZACIÓN :)
capítulo 2 ^^'
Espero les guste :)


Capítulo 2

Ensayo tras ensayo, mi igual no deja mi mente en paz. Dios es grande y hace que las letras de las canciones no abandonen mi olvidadiza y distraída mente.

¡Valla favor!

Lo único que puedo hacer, consciente o inconsciente mente, es pasar mis ojos en su escultural cuerpo y admirar mi belleza, esa la de mi igual, la de mi gemelo, pero una belleza diferente a la mía. De la cual me enamoré.

Creo que eso es fácil de observar en los conciertos, por más que intento, hay momentos en los que no puedo resistir mis propias acciones y termino recitando mi voz a mi único hermano que, en la mayoría de las veces; una sola acción hace que casi falle. Sonreír.
Cuándo me dedica esa sonrisa mi mundo cambia completamente. Porque cuando la veo sé que todo estará bien a mi alrededor. Que nadie me lastimará y que él me ama pese a todo y a todos.

Esa clase de amor con el que puedo soñar cada noche. Cuando yo le confieso que lo amo y el no me rechaza, al contrario, me dice que me ama de la forma en que yo lo hago y que quiere pasar el resto de su vida conmigo, no importa si a escondidas o al público entero. Lo importante es que, ahí, siempre estará conmigo en las buenas y en las malas. Como en cualquier soñado matrimonio.

Justamente aquella sonrisa me deja ver desde que apenas tengo memoria y, desde entonces, muero por verla a cada oportunidad que tenga, más, cuando aquella sonrisa, va dirigida a mi persona, y eso me hace sentir muchísimo más vivo, más feliz, mucho más… enamorado.

Es por eso que es una de las infinitas razones por las cuales me siento y estoy perdido por aquel amor prohibido.

—ya se ha terminado el ensayo—dijo David Jost, interrumpiendo mis más profundos pensamientos—nos vemos mañana chicos—y se fue

—¿Cómo ven?—preguntó Georg—personalmente, yo no tengo nada que hacer y tengo hambre, así que..

—si, quiero…—interrumpió Gustav

—buena idea… ¿Qué dices Bill?—y de nuevo me hipnotizo mi igual, imposible de recitar si quiera un monosílabo… un asentimiento por parte de mi cabeza dio tal autorización—entonces, en marcha.

Los minutos pasaron, como un rapidísimo cortometraje a través de mis ojos, ya que, cuando me di cuenta, estaba parado frente a un restaurant de comida rápida, ya saben, hamburguesas, y esa comida típica de chatarra.

Rápido pasamos, y cogimos una mesa, donde nos atendieron como lo que somos y como supongo lo merecemos. Inmediatamente tomaron mi orden y lo más rápido que sus piernas les dieron, desaparecieron por una puerta que, supongo, daba paso a la cocina, dispuestos a cumplir nuestras ordenes tal y como lo pedimos.

Me perdí un momento viendo como era el funcionamiento de aquel restaurant que nunca había visto y, por ende, visitado.

Todo era absolutamente diferente a como estoy acostumbrado pero, tiene una estancia sumamente acogedora y por lo que veo, mucha gente piensa como yo. Admirando a mi alrededor, un leve empujón me interrumpió de mi absorto subconsciente, volviendo a mi cruel realidad.

—hey Bill—me llamaba mi hermano—creo que estás en otro mundo desde la mañana, ya parece que estas enamorado—uff, creo que abrí los ojos lo más que pude y una escena cómica se dibujó en mi rostro, ya que empezaron a reír—bien, tomaré eso como un “¡Cómo crees Tom!” porque supongo que si ese fuera el caso me lo harías saber… ¿Verdad hermanito?

Hacérselo saber, si claro como no… es algo que vengo pensando estas últimas semanas… que digo semanas, ¡Meses! Y sigo sin decidirme, pero es que imaginándome una reacción negativa por parte de mi mayor, como algo enfermo y fuera de la realidad y del buen comportamiento público, hace que se me metan los huevos del puro miedo. Así que en estos casos, una mentira piadosa me salva, como siempre, de una acorralada verdad.

—por supuesto Tommy, serías el primero en saberlo—si claro, como siempre, una mirada de cordero degollado y el suficiente valor para no temblar ni el cuerpo ni la frase, terminan por convencerlo, al fin. Lo conozco muy bien—oh mira, ahí vienen nuestras hamburguesas

—decía alegre, puesto que dejando a un lado mi bochornoso secreto, mi estómago ya pedía por demás atención.

El resto de la comida fueron risas, como siempre, mis otros dos compadres y colegas, siempre se las arreglan para poder hacer que me olvide de mi desgracia por al menos, un momento. Una amena plática y un sabroso aperitivo, hicieron mi tarde más agradable.
Pero entre tanta risa y coca-cola, una vejiga llena, pedía atención.

—chicos…-llamé su atención—creo que tendré que ir al sanitario si no os importa—dije parándome de mi asiento, sacudiendo basura inexistente de mis finas ropas.

—vale no te hagas al drama Bill—comenzó Georg—espero que todo salga bien—valla amigo y sus bromitas hasta en estas circunstancias.

Con una sonrisa pintada en mis labios entré a los sanitarios, descargando cualquier liquido que no me dejase estar en paz y tranquilo.
Y es que ese alivio me da una paz, y mi sonrisa se agranda. Sé que me veo como un estúpido pero, ese placer que se siente al aliviarse es inigualable.

Una vez que haya terminado y lavándome las manos al igual que retocando mi maquillaje y acomodando mis finos cabellos por cualquiera rebelde que se cuele hasta mi rostro, salgo con la misma sonrisa con la que entré. Muy raro.
Pero dicha sonrisa se apagó de mi rostro al ver una escena que es por demás, desagradable.

Una maldito estúpido le estaba gritando las más hirientes palabras a una indefensa chica que, llorando, supongo que moría de la vergüenza y desesperación del momento, sentimientos encontrados, bah. Yo los he sentido también.

Trato de ignorar esto, pues mi humor ha subido pero no de manera buena y considerable, no. Una subida de enojo y furia. Furia que se convierte en una rabia pura y cólera inigualable al ver como este hijo de puta jalonea a la indefensa mujer, quién tratando de defenderse, no hace más que lastimarse, entonces fue cuando mi paciencia tuvo un límite. Nadie lastima a una mujer.

—¡HEY TU, COBARDE DE MIERDA! —grité con todas mis fuerzas, era incontrolable—¡SE UN HOMBRE Y MÉTETE CON ALGUIEN DE TU PUTO TAMAÑO!—estallé.

—quien mierda te crees tú, mariquita de mierda para gritarme así—se me fue acercando insinuante, provocativamente “furioso” pero la verdad es que, dudo mucho que lo estuviera igual que yo.

—un cabrón con más huevos que tú—le respondí, por demás intimidante, lo más que pude.

—supongo que sí, porque dudo mucho que alguien sin “huevos”—utilizó comillas con sus dedos ante dicha palabra—se atreviera a contestarme así.

—bueno, yo también dudo que si alguien al menos “tuviera”—lo imité—se atreviera a tocarle un mísero pelo a una mujer..

—no me hagas reír, ahora eres el salvador ¿No?

—bueno, al menos si me quiero hacer el macho me meto con alguien de mi tamaño… maldito cobarde

—te haré tragar tus malditas palabras—y diciendo esto, un puño impactó mi cara… me hizo sentir mareado pero, así como soy, aguanto muchísimo.

Eso sólo me ayudo puesto que, él creía que con eso me habría derrotado… si así se pudiera decir, pero únicamente lo distrajo para mi siguiente movida.

Un rodillazo acompañó a su abultado estómago mientras que una patada fue directo a su cara, haciendo añicos su ceja… aunque lo enfureciera más.

Fue entonces cuando se desató una pelea sin tapujos en donde ambos nos destruíamos cualquier cosa que se le interpusiera a nuestras piernas y puños. Llamando la atención de todos los presentes ahí y un sinfín de gritos de la dama que acompañaba a la bestia a la que le propinaba semejante golpiza.

El tiempo se paró, únicamente veía a aquel ser repugnante que me golpeaba por donde fuere y donde quiere aumentando más mi furia, permitiendo descargarla en la violencia hacia él. No supe cuanto tiempo fue, y, únicamente sentí unos brazos rodeándome, desconectándome de mi fantasía violenta.

—¡MALDITO IMBÉCIL, ME LAS PAGARÁS!—me gritaba sin control aquella vestía que era tomada por 3 personas a lo mucho.

—¡TE LAS PAGARÉ CUANDO TENGAS LOS HUEVOS IMBECIL DE MIERDA, MIRA COMO ME HAS DEJADO ESTUPIDO!—mis palabras y mis gritos salían naturales de mi boca, inconscientemente las producía mi garganta, desechando cualquier furia contenida.

—shhh, cálmate Billy—me decía alguien atrás, una voz que conocía perfectamente—¡Dios, como te pude dejar solo!—Tommy, sí, era mi Tommy.

Era Tom quién me sostenía fuertemente por mi cintura, susurrándome cosas, más feliz no podía estar, sumergido en mi fantasía. Fantasía la cual no me permitió percatarme cuando ese gorila estúpido se soltó y fue directo hacia mí.

Únicamente reaccioné al sentir un gran golpe en mi pómulo derecho y una fuerte patada en el vientre, haciéndome doblar del más puro dolor.

Estaba listo para recibir patadas aleatorias en m bello rostro pero un cuerpo se abalanzó hacia él, impidiéndome más daño. Mi salvador.

—¡A EL NO LE VUELVES A TOCAR MALDITO IMBÉCIL—gritaba mi igual, propinándole una mega paliza de su vida, defendiéndome como aquellos días en los que era molestado por brabucones en los colegios.

El tiempo se paró, únicamente me di cuenta de la realidad cuando estábamos en el hotel y mi hermano sostenía una enorme bolsa helada con hielos encima de mi adolorido rostro, quitando cualquier protuberancia de este.

—¿Estás Bien?—preguntó al verme así

—si eso creo…

—Billy, es que ¿eres un bocazas inepto?—me preguntaba con cierto reproche y en broma—¿Por qué te peleaste?

—bueno, es que ese estúpido estaba casi que golpeando a una indefensa mujer, insultándola a más no poder y, me enfurecí, no lo pude evitar…

—vale pero, no lo vuelvas a hacer… mira como te dejó

—¿estoy tan mal?—pregunté con cierto miedo

—no, mañana solo serán *moretones y con un poco de maquillaje no se notarán… ahora, estas mejor, descansa ¿Ok? Yo—desvió la mirada hacia un punto inespecífico de la habitación—tengo, cosas que hacer, tu sabes…

—sexo ¿cierto?

—me tengo que ir Bill, aunque no lo creas, aún tengo pena hablar esto contigo, no lo sé, es como si te pervirtiera de tu casta y pura mente—dijo con cierta burla.

—estoy curado de espanto ya—dije, tratando de forzar una sonrisa, viéndole alejarse… salir, cerrar la puerta.

Entonces me di cuenta que tenía que impedirlo, aunque igual no pudiera.

—¡Espera!—dije, saliendo de mi habitación dirigiéndome a la de él, quien ya estaba cerrando la puerta.

No me escuchó.

Maldita sea… otra vez, verle llegando con una tipa que apenas y conoce de palabra, desconocida para mí. Verle coqueteando. Mirándola de la forma en que me gustaría que me mirase.

Cuando me defendió, al recordar que me protegía me hizo sentir de nuevo lo importante que soy para él. Otra razón más para amarlo como lo hago.

Pero al verlo hacer todas y cada una de las noches esta misma acción, es volver a partir mi corazón, y una envidia por aquellas zorras calientes.

Dolor y tristeza es lo único que ahora puedo sentir, resignación. Porque al fin, el no sabe nada.

—No puedes continuar así, debes decírselo—me dijo Georg una vez que Tom cerró su habitación ¿Cómo mierda sabía?



No tengo mucho tiempo para 
corregir ni betearlo. Lo lamento.
Ya saben, CopyPaste...
Espero no ofender a nadie.